La harina de almendras es un producto totalmente natural, no refinado ni procesado, que se obtiene moliendo almendras dulces. Puede conseguirse moliendo las almendras peladas o con la cáscara, aunque lo habitual es que se utilice solo el interior del fruto.
Esta harina tiene muchos beneficios para la salud, vamos a destacar cuatro de ellos que nos han parecido los más importantes de todos:
1) No tiene gluten. Las almendras no tienen gluten, así que su harina tampoco y puede ser consumida con total seguridad por personas celíacas. Incluso aquellos que no tienen este problema deben de tener cuidado con la cantidad de gluten que incluyen en su dieta.
Al intestino le cuesta bastante esfuerzo digerir el gluten y abusar de las harinas puede hacer que las digestiones se vuelvan pesadas. Incluso hay estudios recientes que asocian el consumo elevado de gluten con dolores musculares y articulares, así como con la fatiga crónica
2) Es altamente saciante. Si se hacen galletas o cualquier tipo de receta con esta harina, una de las cosas que más preocupan a quién las consume es que tiene un alto valor calórico. Esto es cierto, sin embargo hay que señalar que harta muy rápidamente porque es muy saciante, lo que hace que no haya que consumir demasiada cantidad de producto realizado con esta harina para sentirse satisfecho.
Una de las causas de que la harina de almendras sea tan saciante es que tiene un alto contenido en fibra, lo que ayuda a favorecer el tránsito intestinal. Es un alimento perfecto para antes de entrenar, porque ofrece mucha energía.
3) Fortalece cuerpo y mente. La harina de almendra aporta mucha energía, pero también una gran cantidad de vitaminas. Por ejemplo, vitaminas de la familia B, que ayudan a evitar los dolores musculares y las migrañas y contribuyen a que el pelo y las uñas se vean más fuertes y bonitos.
También aporta zinc, que favorece el sistema inmunitario, haciendo que las defensas estén en plena forma. Para la mente, las almendras proporcionan fósforo, un gran aliado de la resistencia mental.
4) Al contrario que otras harinas, el índice glucémico de la harina de almendras es bajo, por lo que es una buena alternativa para aquellas personas diabéticas que quieren prepararse un dulce sin azúcar en casa.
Esto ayuda a que puedan disfrutar de repostería casera y a la vez mantener estables los niveles de glucosa.