La vida occidental actual puede llegar a ser muy estresante y abrumadora. Muchos de nosotros nos encontramos con que estamos reaccionando a los estresores una y otra vez sin ningún alivio a la vista.
La habilidad para reaccionar rápidamente a circunstancias exigentes o adversas claramente tiene un propósito importante ya que nos ayuda a enfrentar los desafíos de nuestras vidas.
El hecho es que estamos preparados para reaccionar: esta adaptación al estrés se remonta a nuestra ascendencia. Está destinado a protegernos cuando más lo necesitamos y, a menudo, se conoce como la respuesta de “fight or flight” (luchar o huir). Luchar o huir ciertamente puede ser algo positivo en situaciones específicas.
Piensa en una situación en la que tus habilidades para reaccionar rápido te salvaron la vida, por ejemplo, un momento en que un coche venía rápido hacia ti y pudiste esquivarlo.
Una situación así seguro que también dejó en ti una consecuencia física intensa: el corazón se acelera, respiras con dificultad y tal vez incluso sientes náuseas por el aumento de las hormonas liberadas por las glándulas suprarrenales.
El ritmo de vida occidental
El enigma moderno es que la mayoría de las personas están respondiendo a situaciones estresantes con tanta frecuencia que no nos hemos vuelto muy buenos cuando se trata del otro lado de la moneda: la relajación.
De hecho, un estudio reciente reveló que una de cada cuatro personas en los Estados Unidos llega a sentirse culpable por el simple hecho de relajarse en sus vacaciones.
Claramente, buscar serenidad o tranquilidad en nuestras vidas modernas es todo un desafío. Afortunadamente existen soluciones simples de estilo de vida que puedes practicar todos los días para acercarte un poco más a un estado más sereno y relajado.
Una de las prácticas diarias más efectiva es la meditación y, si también puedes agregar yoga, sería todo un avance. Los estudios indican que una combinación de yoga y meditación puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad para gestionar el estrés, así como generarnos un sentimiento de bienestar.
Además de las intervenciones en el estilo de vida, puede ser beneficioso tener opciones botánicas que puedan mejorar tanto nuestra capacidad de recuperación, así como nuestra capacidad para sentirnos más tranquilos.
Esta es una selección de las plantas favoritas para fomentar la relajación:
Ashwagandha
La ashwagandha es una planta milenaria que se ha sido muy utilizada en la medicina tradicional de la India. El nombre de la especie somnífera se refiere a su papel para ayudar a promover un sueño reparador.
En el sistema tradicional indio de medicina llamado Ayurveda, se considera que es un «rasayana», un tónico restaurador que aumenta la salud y la longevidad.
Hoy en día la ashwagandha se sitúa a la cabeza del listado de remedios más utilizado por los especialistas de la relajación.
Se conocen como plantas adaptógenas aquellas que ayudan a nuestro cuerpo a adaptarse a las situaciones de estrés.
La ashwagandha tiene características que la convierten en una excelente hierba tonificante cuando se toma diariamente. Del sensoril, un extracto patentado de la ashwagandha, se ha demostrado clínicamente que aborda los efectos negativos de la ansiedad y el estrés.
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Amapola de California
Es una flor brillante de climas soleados nativa de los Estados Unidos y México que se ha utilizado tradicionalmente en la medicina nativa americana por sus efectos sedantes. Puede ser útil para la inquietud y la incapacidad para relajar la mente y el cuerpo.
Valeriana
Se ha utilizado mucho para apoyar patrones de sueño saludables y calmar el nerviosismo desde la antigüedad griega y romana. Se considera una hierba nervina clásica por su capacidad para calmar la ansiedad.
Bálsamo de limón
A menudo se lo conoce como la «hierba más alegre» debido a sus cualidades para nacer y crecer en cualquier tipo de terreno. Es una planta de aroma y sabor suave que se usa ampliamente en Europa.
Estas plantas se pueden tomar por separado, pero son más efectivas cuando se combinan entre ellas debido a sus propiedades sinérgicas, favoreciendo unas los beneficios de las otras.
Una combinación de estilo de vida relajado (con meditación o yoga) y un consumo de plantas adaptógenas nos puede ayudar a estar un poquito más cerca de experimentar serenidad tras una situación de estrés y a sentirnos más resilientes de cara a los impedimentos que se presentan en la vida moderna.